La mitad de mí menos consciente está, en estos momentos, pensando. Piensa en que momento te juró:
- cielo eterno
- o paraguas para evitarte la llovizna
- o llenarte el mundo.
Piensa en cuando habló:
- de torbellinos
- de tempestades
- del oficio de curandero
- o de sanarte heridas.
Esa mitad de mí, escondida entre las otras veinticinco mitades que me amparan, que me libran del desastre, que se niega a pedirte explicaciones, que te estima; ya no habla por mí, sino ella misma.
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