viernes, 25 de mayo de 2007

Lo siento

Hace días que no escribo. Lo siento. Estoy sacándome el carné de conducir y ya he suspendido la primera vez. Espero no volverla a cagar, sino tendré que pagar como todo hijo de buen vecino. Tengo en la recámara más balas que disparar a cara de la desidia.
Seguimos en contacto

Ciao

sábado, 19 de mayo de 2007

Un nuevo sistema de multiplicar


Los sábados en el curro son para descubrir que en internet hay gente pa' to.

Aprendí a multiplicar con dos sistemás alternativos, y muy sencillos, por cierto.
De esta guisa me quedé (cómo el muñequito de la izquierda) Y lo que es mejor: ¡Funcionan!

Ay, si las hubiese aprendido para selectividad!


Ahi les van:












martes, 15 de mayo de 2007

Grito!

Imagínate gritando al vacío. Nadie responde. ¿No hay mayor soledad? ¿Qué gritar si no hay respuesta? ¿Contra qué o contra quién rebelarte, si gritar es rebelarse contra la conformidad?

Podemos gritar contra la nada, nadie nos resta ese derecho, pero es la batalla más inútil de la vida. Lo aprendimos al gritar de desesperación cuando queremos aliviarnos el estrés, y lo han aprendido los fuertes para perdonarnos el acceso de cólera sin necesidad de aplastarnos. Gritar es un parto con cesária y sin anestesia.

Paseo por las calles. Los carteles electorales empapelan las esquinas con promesas tan falsas como el oro que perseguía Pánfilo de Narváez por las costas de la Florida. Las calles estarán llenas de ese espejismo hasta que el 27 se den los resultados electorales. Después cada quien a su rutina, y los de siempre a gritar. Los sin casa, jóvenes o viejos, extranjeros legales o ilegales, las mujeres, los enfermos y los enfermos mentales. Cuidarán tu calles hasta que lleguen las elecciones. Después lo de siempre. Venderá droga el camello y el promotor inmobiliario pisos a un precio ABUSIVO. Ganará el banco y el resto, a gritar. Gritará el jubilado al que la pensión le llevará al parque a alimentar a las palomas, y el niño al que su madre no puede cuidar porque cuida al hijo de otra madre. El conductor de autobuses y el que fue jubilado anticipadamente y a toda prisa porque su fábrica se declaró en suspención de pagos. Y gritará la asistenta y el que oposita y la china que vende cervezas a las 2 de la mañana en la calle Fuencarral.

Te prometerán el oro y el moro será deportado, y cuando huyendo de su injusticia tendrá una razón para gritar aún más fuerte. Gritará el senegalés, el ucraniano, Miguel el del bar, la cajera del Carrefour Express, el vigilante del MaxiDia y la profesora de la autoescuela. Gritarán Marcos, Marta, Javi y Chema y a su modo todos los que se sientan impotentes, todo el que no pueda más que gritar con toda la fuerza de sus pulmones. Gritarán bajito Jesus y Maria, Amparo y Lavapies. Gritarán las Glorietas de Embajadores y Carlos V todos los días en que por la mañana no se vaya a trabajar un ilegal. Gritarán los andamios de las obras cada vez que caiga un obrero, gritarán las aulas cada día que haya un abuso. Gritarán los accesos al tren de cercanía y la calle Miguel Servet llena de ropaviejeros, camabalacheros, truequistas y ladrones, y gritarán en la planta de abajo de los despachos y en la junta municipal y en las sucursales bancarias de los barrios.

Solo espero que ese grito sea lo suficientemente fuerte y nos despierte a todos de una puta vez.

lunes, 7 de mayo de 2007

Yo, legal desde que pisé España...

Desde pequeños nos enseñan a tener la vista clavada en el mañana. Aprendemos a confiar en la esperanza, a aguardar que las aguas se asienten. Programamos y evaluamos nuestras posibilidades para poder elegir un futuro. Intentamos no perder la perspectiva. Queremos llegar al fondo de las cosas y creemos encontrar todas las respuestas. Nos preocupa el futuro, y nos olvidamos que es en el presente donde se construye.

Yo veo el presente, no en plan medio lleno o medio vacío como quiere Coca-Cola en su último anuncio. Lo veo como un péndulo. A veces como un reloj o un metrónomo alterna entre izquierdas y derechas, y otras como el fiel de una balanza, se van equilibrando los extremos hasta centrarse.

Hoy veo con miedo el presente. Llegué a España hace 12 años. He trabajado desde hace 10 y he estudiado una carrera técnica. He usado mi presente para labrarme un porvenil. Vine con la esperanza puesta en un futuro. Mis padres no se opusieron, aun en contra de sus convicciones, pero tenían fe en que podía irme mejor. Y estoy cada mes como si no hubiese salido de mi país.
Trabajo 10 horas, incluyendo las 2 que dedico al trayecto del trabajo a mi casa. Tengo una hipoteca y un pequeñísimo préstamo adicional. Me intento sacar e carné de conducir y espero que en un tiempo razonable obtenga la nacionalidad española. Sé quien me trata bien: mis paisanos, mis vecinos y el banco. Y también la policía. Y sé quien me maltrata. En fin, pienso que estoy integrado. E incluso así sigo sintiéndome extranjero.
Me gusta filosofar pensando en el futuro. No obstante hace tres días, comiendo en un bar, el presente superó todas mis expectativas. En una tertulia televisiva escuché un comentario sobre las revueltas que surgieron en París tras la elección del nuevo Presidente de la República. Los partidarios de Ségolène Royal trinaban. Los habitantes de las banlieues, un termino medieval con el que se designa a los barrios misérrimos del extrarradio, decepcionados y temerosos, no daban crédito. La France había optado, apoyados en el peso de los votos, por cambiar las bases igualitarias de la Republique; la Egalité, la Liberté y la Fraternité, por la competitividad, la supresión de los, ya de por si, miseros subsidios y una mayor flexibidad en los despidos, sin confrontar los problemas sociales, reales y tangibles que ya tienen. Sin enfrentarse al problema racial que sufren los millones de franceses de segunda y tercera generación que por tener padres y abuelos extranjeros siguen siendo extranjeros en su propia tierra. Con el añadido de que ese candidato a Président, que debería representarles pero no les representa, recibió el apoyo, haciendo guiños extraños a la extrema derecha para ganar la elecciones. Ese mismo candidato presidente que propuso pagar a los inmigrantes ilegales 3500 € por pareja y 1000€ por hijo, PARA QUE SE FUERAN DE FRANCIA, y prometió en el 2006 acabar con la inmigración ilegal deportando 25000 de ellos. (http://66.102.9.104/search?q=cache:xbB5dLCro_sJ:www.socialismo-o-barbarie.org/europa/060625_francia_a_lanuevaresistencia.htm+Sarkozy+hijos+de+inmigrantes+ilegales+escuelas&hl=es&ct=clnk&cd=1&gl=es)
Nicolas Sarkozy siendo inmigrante, no es un expatriado. Se sabe perteneciente a esa clase muy distinta. Sabe que es un gran logro que el hijo de un aristócrata de la nobleza búlgara, educado en la cultura de la pasta y el esfuerzo pueda llegar a la Presidencia de la República. Del otro lado está "la chusma" como él le llama. Los que solo tiene subsidios, exclusión, discriminación y alguna posibilidad de acceso a las bondades del tercer motor económico de Europa. ¿Pero, porqué me meto con Sarkozy si él ni me va ni me viene, si vivo en España, seré nacionalizado español y Francia, de momento seguirá del otro lado de los Pirineos? Es que en la tertulia que comentó la noticia, escuché a un político español sentenciar: " ¡Ayer fue Alemania (Merkel), hoy Francia (Sarko), mañana será España!" Por eso siento miedo.
Por eso cuento mi currículum de extranjero radicado en España. Por si algo puedo cambiar antes que sea demasiado tarde. Por eso y por que quiero tener hijos, y quiero que mis hijos crezcan en una ciudad y no en un guetto. Quiero que mis hijos tengan las mismas oportunidades que yo tuve de estudiar y trabajar sin que su color de piel, su aspecto físico o la procedencia de su padre les estigmatice. Quiero que mi barrio siga siendo un crisol de culturas y no un campamento de excluidos. Quiero que no me miren con recelo cuando entro en una tienda, o cuando me siente junto a una señora en el metro. Quiero que se sienten a mi lado en el transporte público, porque para venir a este país me hicieron presentar una declaración jurada de que no padecía ninguna enfermedad infecciosa, ni la he adquirido aquí; y aun en ese caso y si la hubiese adquirido, quiero que se sienten a mi lado sin miedo, por que soy lo suficientemente responsable para no transmitírsela a los demás. Y quiero legar a mis hijos la misma cultura del esfuerzo que me enseñaron mis padres, para que en igualdad de oportunidades puedan a su vez competir y obtener lo que ganen, nada más pero nada menos. Quiero que a los españoles les deje de preocupar la inmigración en primer lugar, porque esos chinos, negritos, magrebíes, sudamericanos y centroeuropeos, son humanos, tanto como los ingleses, franceses, alemanes y norteamericanos. La ilegalidad de su entrada es fruto de la misma injusticia visceral con que se les marca desde la cuna hasta que montan en la patera, y la misma que en su condición de indocumentados sufrirán aquí.
Hay alternativas, pero este es mi blog, no una tribuna política. Si la democracia tiene sus canales, este es mi canal, el sitio en el que digo lo que siento. Que aporten las soluciones otros, que con mi dinero contribuyo a que dediquen su tiempo y energías a encontrar respuestas. Yo, legal desde que pisé España, ni siquiera tengo derecho al voto municipal.

sábado, 5 de mayo de 2007

Sueño


Entré a la cama. Había apagado la luz porque deseaba dormir, pero no cazaba el sueño. No abro los ojos y no duermo. Me giro, encadeno ideas. La evidencia me vence. ¿Porque no puedo dormir, coño? Abro los ojos y la luz de la calle reflejada en el techo, haciendo juegos con la penumbra me distrae de mis pensamientos. Me incorporo, me cago en el insomnio. Doy un paseo, me castigo de pie, a leer un libro aburrido. Uno de sociología, de 1961, un bodrio que compré pensando que era algo interesante porque salía muy bien reseñado en un artículo. Nunca entenderé los mecanismos del sueño. Ni eso que llaman insomnio. Recuerdo eso que dicen de que el hombre duerme tranquilo si no tiene nada que reprocharse. ¡Menuda estupidez! El hombre ha tenido miles de años para crear, organizar y repetir frases de este tipo. ¿Y si en tu escala de valores no encuentras nada reprochable? Pues te dirán: si no es consciencia culpable y tienes insomnio y solo eso, estás enfermo. Pues estoy enfermo. Busco un loramet, me lo tomo, enciendo el ordenador y escribo. Busco compañía. Insomnes famosos. Napoleón y sus guerras, otra razón para admir al corso. Leo: un 85% de los insomnes españoles no recibe absolutamente ninguna ayuda. Mi médico me dijo que leyera un libro aburrido, o que contara ovejas, pero que era demasiado joven para medicarme. El filosofo Emil Cioran llamó a sus insomnios las "noches blancas". Nabokov dedicó noches enteras después de luchar contra el insomnio a su "Lolita". Yo no puedo conciliar el sueño por placer, yo lo pierdo porque no le encuentro. Es como intentar clavar una aguja por un colador con los agujeros desiguales, ninguno más grande que el diamentro de la aguja, colocados aleatóriamente y a ciegas. Encontré un cuadro y decidí adornar el blog con él. Es de Edward Hopper, se llama Nighthawks. Hay varias personas apoyadas en la barra de un bar casi vacio, y es la única luz que aporta el cuadro. El resto de está dominado por una penumbra que delata a los que duermen sus tranquilos sueños, en la tranquilas y oscuras habitaciones, envueltos entre sus sábanas, abrazando a sus perros o sus parejas. La pastilla comienza a hacer efecto. Voy a intentarlo nuevamente. No sé, este es el único tiempo que realmente es "mio" en todo el día, y voy a utilizarlo, nada de atajos, nada de apaños, ni tocamientos. Para dormir. Para dormir, nada más...

martes, 1 de mayo de 2007

El encanto de las cosas muertas


A veces, mientras viajas despreocupado por la Linea 1 de metro y alzas la vista, con suerte podrás ver la estación de Chamberí, entre Iglesia y Bilbao. Puedes saberte privilegiado. Yo lo fui. Esquiva y desahuciada pocas veces da la cara. Cómo tesoro olvidado del suburbano tiene esas cosas; sorprende a quien no la busca, asombra 41 años después de su cierre definitivo.


Imagina un reloj antiguo. Uno de esos de pared que había en casa de tu abuela. Y ahora imaginate que estas dentro de esa casa de los horrores, esa que tiene todo el mundo en algún lugar de la memoria. Imagina ver los objetos tal cual quedaron el día en que el reloj dejó de funcionar. 41 años más tarde el tiempo es el mismo tiempo, solo que la prisa de su paso no repara en el polvo que se asienta sin descanso en los tornos, las sillas y los carteles publicitarios, en el billete usado que descansó por fin sobre el suelo de cara a la cabina del jefe de estación.


Chamberí yace en el mismo sitio, entre el espacio y los minutos desde que en 1966 sellaran para siempre la estación. Pero, ¿de verdad alguien pensó que clausurandola al cal y canto, iba a morir? Cosas de la vida, el recuerdo se cubrió de polvo, tiempo y misterio, y sobrevivió en una leyenda urbana, una película y una canción de "Los Coyotes". Es el encanto de las cosas muertas: son más atractivas cuanto menos manifiestas.