domingo, 13 de abril de 2008

Pecando, hummmm...

Pecando de frívolo (sino la vida sería demasiado amarga) recordé mi afición a exprimirle a Internet esos granitos de curiosidad (o pubertad) que tienen un pus maravilloso. Es el arroz que se separa de la paja y quie tan bien sabe con un frijolito negro dormidito. Bueno, referencias a la comida aparte, esta es la dirección de un blog que habla de nuestros vecinos del norte más próximos. De los vascos no, de los franceses.

Echarle una ojeada.

http://nuestrosvecinosdelnorte.blogspot.com/

jueves, 3 de abril de 2008

Generación Almensilla 2ª Parte

Los días 4, 5 y 19 de abril se celebrarán los conciertos “Un Olivar de Palabras en Madrid” en la Asociación Cultural YEMAYÁ. LA idea es juntar un grupo de creadores (andaluces y cubanos) para germinar “Algo” que nació en Almensilla, Sevilla, durante el II Certamen de Cantautores, de este año. “Algo”, por ponerle un nombre, porque, ¿Cómo puede nombrarse una sensación?

Hasta ahora, los certámenes en que había participado eran una consecución de cantautores tras la misma nota, los mismos temas e idénticos gorgoritos, como una recua de mulas atravesando una colina. Será porque siempre he sido el eterno finalista, me daba la impresión de estar corriendo en pos de un premio esquivo, cuando menos; cuando no, salpicado de polémicas por la calidad de los premiados (no me comparo con ellos, líbreme Dios de la soberbia). Mas en esta ocasión, de 40 proyectos presentados, 6 fueron preseleccionados para la fase semifinal y final. Esto no solo imprimió dinamismo al Certamen, coadyuvó a que se generara un ambiente de cordialidad y confianza ajeno a cualquier competición. Allí había gente con una carrera consolidada y varios premios como José Antonio Delgado (ganador del Certamen Andaluz de Canción de Autor 2002 y el Concurso de Cantautores Espacio Libre, por ejemplo); cubanos cantando a lo cubano, como Ariel Cubillas o el que escribe Julio Hdez.; voces que recuerdan al flamenco como Alberto Magüesin, Premio Comarcal o Patricia Fdez., como un cristal rasgando. Y Kino, nómada, amigo. Allí lo importante no era solo ganar, porque ya habíamos ganado al llegar a la semifinal, lo importante era demostrar porque se había ganado. Y apoyar al compañero, y escucharle en el escenario y fuera, estar allí, a las duras y a las maduras. De ese espíritu hablo cuando me refiero a ese “Algo”. De ese espíritu surgió la idea, del deseo de mantener vivo ese espíritu, de alimentarlo y dejarlo crecer. Y eso es lo que espero, que Madrid comparta a través de este modestísimo esfuerzo el espíritu que se respiró hace cuatro mese en Almensilla.