sábado, 23 de febrero de 2008

Hacer leña ...

Lo que voy a escribir puede que no guste a muchos, pero ese es el precio de la libertad, leer o escuchar y respetar lo que no nos gusta.

Recuerdo que de niño pensaba que los mayores iban a estar allí eternamente.Y hasta cierto punto era lógico. Los niños buscan la protección de los más fuertes. Mas al crecer comprendí que la experiencia y la fuerza son dos dimensiones del poder, y que lo importante es que llegado el día, digas: Adios, Buenas noches y buena suerte, CIAO, Ibae bae ntonu, y te marches sin dar más explicaciones que tus actos. Por eso cuando a Fidel Castro le alejó la enfermedad del poder, experimenté una agridulce sensación. Agria porque se iba un símbolo (ya se encargarán otros tanto de echarle con la bala, como de lamerle el culo) Para mí es un personaje que colocó a Cuba, y sobre todo se colocó a si mismo, en un sitio en la Historia. Dulce porque abrió el paso a una esperanza contenida, más de 40 años. Ahora nos toca a los cubanos no sentirnos como niños destetados y perdidos a las puertas de ese centro comercial que es el Mundo.