lunes, 26 de noviembre de 2007

Insomno

Conté cada mota, cada fantasma que cruzó el techo de mi habitación. Repasé cada movimiento, dejé de pensar. Creo que nadie se merece el insomnio. Me quedé quieto, me moví, dancé, bostecé un par de millones de veces. Nada. Cuando me levanté de la cama estaba más cansado que cuando entré en ella y seguía sin poder dormir. me siento frente al ordenador. El médico me ha aconsejado que me castigue, que me quede de pie leyendo el libro más pesado que encuentre, y que a tercer día dormiré como un niño. No lo he hecho creo que el castigo es una perdida de tiempo y de energía. Y lo único que me gustaría es dormir.




miércoles, 14 de noviembre de 2007

La hora de la verdad

Asi está el asunto.

El Rey se enfada con Chávez. Le grita: ¡Porqué no te callas!. Dentro de nada aparecerá un politono, y cada vez que quiera una chica que no le agobie en el bar, o que un hijo se niegue a aguantar la charla de su padre, apretará el botón de su móvil-última-generación y saldrá la frasecita. ¿Y cómo se sentirá el padre, o el rechazado?
Los que opinan que al Rey se le fue la pinza y nada más, son benévolo con el Jefe de Estado. De un Rey se espera magnanimidad y paciencia, como mínimo y respeto como máximo. Y sobre todo sentido de la oportunidad, porque es sencillo errar cuando se está sujeto a presión.
Yo no soy borbónico, pero un poco Juancarlista, sí. Reconozco en el Rey Juan Carlos I un pilar de estabilidad institucional, que ha dotado a España de un difícil equilibrio durante la transición y un excelente diplomático en estos años de democracia. Por lo tanto, mayor es el golpe de verle perder los estribos en un escenario como la Cumbre Iberoamericana. Y he de reconocer que sí, soy Chavista, me gusta el MACACO. Soy pro-Chávez; representa la dignidad de los desposeídos venezolanos que le han votado en estas últimas elecciones en más de un 63%, una masa que ha encontrado la esperanza en un proceso que les ha otorgado los derechos que nadie hasta Hugo Rafael Chávez Frías, nadie había otorgado. Además; aquellas formas que tanto denigran los refinados en política internacional, los que buscan pajas en el ojo ajeno olvidándose los suyos, los hipocrititas e hipocritazos que le llaman populista, son formas que a mi me gustan. Me seduce que ataque al adversario cantando "no soy monedita de oro, pa' caerles bien a todos, así nací y así soy, si no me quieren, ni modo". Me gusta que diga en Naciones Unidas refiriéndose a Bush: "El diablo está en casa, ayer estuvo el diablo aquí, en este mismo lugar huele a azufre todavía." Porque Chávez le pone voz no solo a los sin voz de su país. Chávez es la banda sonora de millones de personas en el mundo que si pudieran dirían mucho más con menos gracia, y por supuesto, con menos diplomacia. Sin embargo, no nos rasguemos las vestiduras, como dijo Solbes hablando del incremento del IPC. Hemos asistido en política internacional a un error de difícil enmienda, pero no al principio de una batalla. Hemos visto como un Jefe de Estado mandando a callar a otro Jefe de Estado, en plan maestro de colegio rural de principios de siglo. Y en nombre del respeto y la cortesía que se debe a cualquier ser humano, no pueden ni tolerarse, ni justificarse actos de este tipo. España tiene un pasado en Latinoamérica y unos intereses. Lo cual no da derecho a desplantes a Jefes de Estados soberanos, democráticamente electos. Sí, soy parcial. Chávez sé que interrumpió a Zapatero, sé que llamó fascista a Aznar y sé que gobierna en contra del criterio de muchos en su país y que, de ellos, muchos piensan que está calcando el modelo cubano, con más petróleo y apoyándose en la experiencia de Fidel, del que se siente alumno. Pero hay que tomar en cuenta al 63% de venezolanos del que hablé antes, que le votó y apoya, lo cual le hace gobernar con una cosa que se llama mayoría. Es cierto que Aznar apoyó el golpe en su contra; recordemos que los embajadores de EEUU y el de la era talibán (2000-2004) del gobierno español, fueron los primeros en apoyar al gobierno golpista (vease: Kim Bartley y Donnacha O'Brien en el documental "La revolución no será televisada"), y se ha paseado por medio mundo alertando de la "creciente amenaza populista" que, a su entender reprensentan, sin nombrarlos Chávez y Evo Morales entre otros. Y es cierto, Zapatero pedía respeto por un compatriota, pero como el mismo dijo: no iba a ser él quien defendiese una persona como Aznar, aunque al final lo hiciera.
Por mi parte no espero disculpas de ninguna de las dos partes.
De eso se encargarán los diplomáticos de ambos países, que así justificaran sus respectivos sueldos e inteligencia. España no puede darse el lujo de entrar en disputas con un país del que es el 4º mayor inversionista y con el que sigue teniendo intereses; ni Chavez debe abrir otro frente con el berenjenal que tiene en casa. Rencores aparte, la hora de la verdad ha pasado, y si se usan buenas artes, en dos meses no quedará más que una pequeñita cicatríz y quedará todo olvidado.