sábado, 5 de mayo de 2007

Sueño


Entré a la cama. Había apagado la luz porque deseaba dormir, pero no cazaba el sueño. No abro los ojos y no duermo. Me giro, encadeno ideas. La evidencia me vence. ¿Porque no puedo dormir, coño? Abro los ojos y la luz de la calle reflejada en el techo, haciendo juegos con la penumbra me distrae de mis pensamientos. Me incorporo, me cago en el insomnio. Doy un paseo, me castigo de pie, a leer un libro aburrido. Uno de sociología, de 1961, un bodrio que compré pensando que era algo interesante porque salía muy bien reseñado en un artículo. Nunca entenderé los mecanismos del sueño. Ni eso que llaman insomnio. Recuerdo eso que dicen de que el hombre duerme tranquilo si no tiene nada que reprocharse. ¡Menuda estupidez! El hombre ha tenido miles de años para crear, organizar y repetir frases de este tipo. ¿Y si en tu escala de valores no encuentras nada reprochable? Pues te dirán: si no es consciencia culpable y tienes insomnio y solo eso, estás enfermo. Pues estoy enfermo. Busco un loramet, me lo tomo, enciendo el ordenador y escribo. Busco compañía. Insomnes famosos. Napoleón y sus guerras, otra razón para admir al corso. Leo: un 85% de los insomnes españoles no recibe absolutamente ninguna ayuda. Mi médico me dijo que leyera un libro aburrido, o que contara ovejas, pero que era demasiado joven para medicarme. El filosofo Emil Cioran llamó a sus insomnios las "noches blancas". Nabokov dedicó noches enteras después de luchar contra el insomnio a su "Lolita". Yo no puedo conciliar el sueño por placer, yo lo pierdo porque no le encuentro. Es como intentar clavar una aguja por un colador con los agujeros desiguales, ninguno más grande que el diamentro de la aguja, colocados aleatóriamente y a ciegas. Encontré un cuadro y decidí adornar el blog con él. Es de Edward Hopper, se llama Nighthawks. Hay varias personas apoyadas en la barra de un bar casi vacio, y es la única luz que aporta el cuadro. El resto de está dominado por una penumbra que delata a los que duermen sus tranquilos sueños, en la tranquilas y oscuras habitaciones, envueltos entre sus sábanas, abrazando a sus perros o sus parejas. La pastilla comienza a hacer efecto. Voy a intentarlo nuevamente. No sé, este es el único tiempo que realmente es "mio" en todo el día, y voy a utilizarlo, nada de atajos, nada de apaños, ni tocamientos. Para dormir. Para dormir, nada más...

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