lunes, 24 de septiembre de 2007

Fortuna

Soy descendiente de un africano que sobrevivió a la selva; que fue capturado, maltratado y embarcado cargado de cadenas en un barco atestado y pestilente.
Soy el primero de millones de espermatozoides que luchaban por fecundar el óvulo fértil de mi madre.
Soy el resultado de la alquimia de la vida, en la cual se combina y se recombinan cromosomas, y cada cadena de ADN, estuvo en su sitio, excepto unos nucleótidos que me legaron alergia a todo, menos al trabajo y ASMA, en mayúscula.
Soy el feto que fue engendrado y nació a los 9 meses exactos.
Crecí metiendo los dedos en el enchufe, comiendo caramelos del suelo, y compartiendo chicle con mis amigos, pero desparasitado y limpio.
Aprendí lo que sé en el colegio, y lo útil en la calle (lo cual, hoy, no es ninguna novedad)
Sobreviví a la crudeza de la niñez y a la crueldad de la adolescencia.
Terminó una guerra cuando me alistaron en el ejército y comenzó otra cuando salí de él.
Me enamoré como un imbécil y me comporté como un cretino pero me separé como un caballero.
He probado lo vulgar y lo divino y he decidido seguir sirviéndome un poco de cada plato.
He cruzado el mar varias veces a pesar de que la estadística de accidentes aéreos era de una entre 22.000 en 1999.
Vivo en el momento exacto en el que alguien exhala su último quejido.
Cuando me siento abatido encuentro algo que me hace sonreír, y aun no he perdido la vista, el oído o la cordura.

Tengo montones de razones para ser feliz. ¿No?

2 comentarios:

Queseto dijo...

¡Por supuesto, Julio! Seguro que yes... Me gusta tu blog.

Oihana dijo...

Me gusta.
besitos,
oi