No quiero culparme por la locura ajena, por el dolor ajeno. Soy de nadie y soy yo mismo. No quiero disculparme por la mentira ajena, ni por la propia, ni por la que dije en el pasado. No cargo más la loza de mi historia. Perdónenme; no me bajo, ni del tren, ni del caballo. No he sido el tío más comprensivo, ni aspiro; sinceramente, a serlo. Mi dirección está aquí y mi buzón. Las quejas; a la mar, por favor.
2 comentarios:
Y... ¿dónde dices que está la mar esa? que tengo un libro llenito de ellas (de quejas digo).
:D
Besazo guapoooooo!!!!!!
Pero quién se queja?
Amos amos! Tú mándamelos a mi y verán!
Besitos, pollo!
N
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