viernes, 8 de enero de 2010

El sofá esta abierto. Una sábana cubre su cuerpo. Está desnuda y casi me da un vuelco el corazón cuando su pierna sale del edredón y se posa encima de la mía. Tiene los ojos como almendras y lee un pasaje del Cantar de los Cantares, un pasaje que habla de sus senos de miel, mejillas sonrosadas; ave mía. La tele dejaba un destello que salta de sus pupilas a mis ojos y su boca; entreabierta como un torrente de agua rompiendo contra las piedras, a mi boca. Parece estar rezando, en inglés, un padrenuestro. Y habla con palabras de Salomón, soplándome al oído besos, versos y palomas.

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